sábado, 24 de octubre de 2009



Por: Aldemar Velasco Ortega


El cuestionamiento que se viene haciendo a la educación ha estado fundamentado de manera especial en la crisis de carácter social-cognitiva que a través de la historia llegó a la sociedad, Por ello, en ningún momento deja de buscar soluciones, que le permitan afrontar los problemas propiciados por falta de una educación de calidad. De lo anterior, surge el siguiente interrogante ¿Es posible una educación de calidad en la historia?


Las escuelas monásticas y catedralicias, en los primeros siglos, tenían como objeto preparar a los futuros dirigentes de la iglesia, los miembros de las clases superiores, propendiendo en su formación cristiana y la negación de una educación para los pobres. A partir del siglo XII surgen las universidades, pero su filosofía sigue siendo la misma, con un modelo de enseñanza tradicional, que no permite el desarrollo libre del pensamiento. A partir del siglo XVII fue un periodo de rápido progreso de muchas ciencias, se crearon instituciones que apoyaban el desarrollo del conocimiento, esto facilitó el intercambio de ideas y de formación científica y cultural, la mujer ya accedía a la educación y gracias al escritor Juan Amós Comenio, se obtuvo el primer texto ilustrado (Orbis) utilizado hasta el siglo XVIII.


El siglo XIX fue el periodo en que los sistemas nacionales de escolarización europeo se organizaron, aparece el mas influyente educador Johann Pestalozzi, con su pensamiento invita a la reflexión con miras a mejorar la calidad de la educación, para que no se enseñe el capricho del docente, sino que se adapte un método de enseñanza al desarrollo natural del educando. América tampoco escaparía al poder religioso, el modelo escolástico determinaría el tipo de educación que se la daría a estos pueblos colonizados. Posteriormente, aparece el constructivismo (modelo constructivista), basado en la autoformación del niño, para Piaget (1992) el ser humano es autónomo, el niño con sus capacidades debe llegar a una autonomía cognitiva.


La batalla por lograr una educación autónoma, libre y de calidad al alcance de todos y de todas, no ha sido en vano, porque hoy la pedagogía crítica (modelo pedagógico crítico) permite comprender, que, si es posible una educación digna, permitiendo la participación de todos los actores gubernamentales, políticos, sociales, religiosos; sin sobreponer los intereses mezquinos, individuales, capitalistas y opresores que buscan en la educación poder, para oprimir a los mas pobres y enriquecerse a costa de su miseria intelectual. Mientras la lucha por la libertad social, la autonomía del ser humano continúe, es el docente comprometido, quien debe aplicar desde ya, una pedagogía crítica, reflexiva en sus alumnos, para que sean ellos los futuros líderes que exijan la libertad de pensamiento, el derecho a tener una educación de calidad, que promulgue la paz, la igualdad y el respeto por sus semejantes.

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